El de este miércoles por la noche fue el tercer impeachment en la Cámara de Representantes de Estados Unidos, pero el primero en la era del selfie y de Twitter. Eso no lo vieron venir los padres fundadores cuando diseñaron el procedimiento. El equipo de comunicación del Capitolio, sin embargo, sí sabía a qué atenerse. Dada la fiebre periodística de tomarse fotos en cada misión -ya sea una rueda de prensa- por la mañana repitieron hasta la saciedad la norma de no sacar ni la más mínima instantánea dentro de la sala del pleno o de la propia sala de trabajo de los periodistas, contigua al hemiciclo. “¡No se pueden tomar fotos, no se puede hacer selfies, solo los fotógrafos acreditados pueden usar las cámaras!”, clamaba una y otra vez uno de los empleados subido a una seña. “Pero los congresistas sí hacen fotos…”, protestaba una periodista. “Pues preséntese a las elecciones y gane”, respondía el otro.Seguir leyendo.