Las autoridades de Bolivia, que se hicieron con el poder tras la dimisión del presidente Evo Morales, han escalado este lunes un nuevo peldaño en la crisis con España y México y han declarado personas no gratas a los diplomáticos españoles Cristina Borreguero y Álvaro Fernández, a la embajadora mexicana en La Paz, María Teresa Mercado, y a un grupo de policías españoles, a los que han dado 72 horas para abandonar el país.Seguir leyendo.