El presidente argentino, Alberto Fernández, ha optado por alejarse de la política de aislamiento hacia Nicolás Maduro que caracterizó a su predecesor, Mauricio Macri. El mandatario, que tomó el poder en diciembre, tampoco está dispuesto a ser un aliado incondicional del líder venezolano, a diferencia de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015), ahora vicepresidenta. Con su nueva política exterior, Argentina apuesta, como México, por una tercera vía para hallar una solución pacífica a la crisis política y económica de Venezuela.Seguir leyendo.